Quemadores
Un quemador es un dispositivo destinado a facilitar la combustión de combustible líquido, gaseoso o sólido y producir calor generalmente mediante una llama. Habitualmente va asociado a una caldera o un generador de calor para calentar agua o aire.
Se han desarrollado una serie de quemadores específicos para la combustión automática de pellets, con potencias variables (desde los 10 kW hasta los 300 kW) y que pueden ser incorporados a calderas que trabajaban con gasoil, gas o carbón, si bien la capacidad nominal de la caldera se reduce alrededor del 70-80%. No obstante, tan solo se podrá sustituir el quemador de combustibles fósiles por el de biomasa siempre que las dimensiones y la estructura de la caldera lo permitan.
Así mismo, el fácil montaje y desmontaje hace que sea viable utilizar una misma caldera con biomasa y/o con otro combustible fósil.
La principal diferencia de estos quemadores es que disponen de una cámara de combustión alimentada automáticamente por pellets, según la demanda de energía, mediante un tornillo sinfín. El control del combustible y del aire de combustión es automático, así como el apagado y encendido, funcionando con un sistema similar al de las de las calderas de gasoil o gas.
Uno de los mayores problemas que tuvieron inicialmente estos equipos era la acumulación de cenizas. Actualmente, se han desarrollado equipos automáticos de limpieza que permiten reducir el mantenimiento de la caldera. La frecuencia con la que se debe limpiar la ceniza del quemador es, aproximadamente, semanal durante los meses de máximo funcionamiento.
La eficiencia con estos sistemas, está comprendida entre el 80-90%.
Los quemadores son ideales para biomasas granuladas homogéneas como el hueso de aceituna, cáscara de almendra o piña, así como pellet, ya que en dicho quemador se le han realizado unas modificaciones para que la combustión sea perfecta, sin inquemados ni solidificación de cenizas.
El almacenamiento de la biomasa consiste generalmente en un silo con un sistema de descarga por gravedad en un tornillo sinfín. Para evitar la ignición del material almacenado, generalmente los quemadores disponen de sistemas de control del rebufo de la llama, así como de sistemas de detección y extinción.
Uno de los factores que más inciden en la eficiencia de la combustión, en los períodos de mantenimiento, y en general en un correcto funcionamiento de la caldera, es la calidad de la biomasa.
Componentes de un quemador
El quemador lleva incorporado un sistema de control de fácil uso y el tornillo de alimentación de biomasa, con su correspondiente motor, así como todos los elementos necesarios para la gestión, automatización y control del mismo.
Hay determinados elementos imprescindibles para el correcto funcionamiento de un quemador en general:
- Resistencias eléctricas. Dos resistencias eléctricas situadas en la parte inferior del quemador, permiten que el encendido sea totalmente automático.
- Ventilador. La existencia de un ventilador en la cámara de combustión es un elemento necesario para poder regular la llama desde la unidad de control.
- Sondas y termostatos. Resulta imprescindible disponer de una serie de dispositivos que midan las diferentes temperaturas del agua de la caldera, de los humos, etc., así como de un termostato de seguridad que desconecte el sistema si detecta un aumento de la temperatura.
- Unidad de control. El conjunto debe ser gestionado por algún dispositivo que sea capaz de controlar desde los sinfines de alimentación, los ventiladores, las sondas, etc.
Por otra parte, un quemador de biomasa necesitará, además de los elementos anteriormente mencionados:
- Material refractario. Para que dentro del quemador se mantenga una temperatura adecuada se requiere de cerámicas refractarias. De esta manera se produce una correcta combustión de la biomasa.
- Sinfines. Tanto el sinfín de alimentación desde tolva como el sinfín de alimentación al quemador son elementos imprescindibles para poder aportar la biomasa necesaria en cada momento. Los sinfines llevan incorporado un tacómetro (contador de vueltas) para una perfecta dosificación de la biomasa.