Hace más de 2500 años, en la antigua Grecia, se empezaron a diseñar viviendas orientadas al sur y con grandes aberturas pretendiendo que el Sol penetrase en invierno. Más tarde, la cultura romana incorporó el empleo del vidrio como captador del calor solar, cubriendo los huecos de las viviendas, lo que permitía que el aire calentado no saliera con facilidad. En definitiva, durante toda la antigüedad, multitud de culturas no solo en Europa, sino también en Asia y América, construyeron edificios basándose en el Sol. Un ejemplo es la cultura Anasazi cuyos edificios y poblados, construidos a lo largo de los siglos XI y XII, hoy no dudaríamos en calificar como bioclimáticos.
No fue hasta 1767 que Horace de Saussure se dispuso a determinar la efectividad de los captadores calóricos de vidrio para acumular energía del sol, iniciando así la compresión científica de un fenómeno cuya utilidad técnica venía siendo empleada desde antaño. Posteriormente, durante el siglo XIX se llevaron a cabo experimentos que demostraron que en el interior de una caja cubierta de vidrio podían producirse temperaturas superiores a las de ebullición del agua, siendo conscientes de que podría tener importantes aplicaciones prácticas.
Posteriormente, después de múltiples intentos para construir un captador de energía que sustituyendo la fuente de energía habitual de la época, el carbón, pudiera mover una máquina de vapor convencional, Mouchot logra construir el "mayor espejo jamás realizado en el mundo" con destino a la gigantesca máquina solar que representaría a Argelia en la Exposición Universal de París de 1878. Tras los trabajos de Mouchot, la construcción de motores solares tuvo muchos otros episodios.
A principios de siglo, la energía solar despierta gran atención a la comunidad científica y técnica, abundando en el panorama numerosos inventores y empresarios solares, habiéndose registrado al menos 22 patentes de motores solares. Los primeros colectores planos comerciales procedían de una patente realizada por C.L.Kemp, de Baltimore (Maryland, 1891). Se denominaban Climax y en el año 1900 ya había instalados más de 1.600 sistemas de este tipo en California. Posteriormente, en el año 1909, W.J.Bailey empezó a vender unos revolucionarios sistemas solares que suministraban agua caliente, las 24 horas del día, con Sol o en días nublados. Lo conseguía separando el sistema de captación del de almacenamiento. Era el nacimiento de la tecnología que hoy se ha generalizado para el calentamiento del agua a partir del Sol.