Pirolisis
La aplicación de la pirolisis al tratamiento de residuos ha ganado aceptación en la industria junto con otras tecnologías avanzadas de tratamiento de residuos pero no los elimina sino que los transforma en carbón, agua, otros residuos líquidos, partículas y metales pesados, cenizas... tóxicos en algunos casos; vertiendo al aire desde sustancias relativamente inocuas hasta muy tóxicas y reduciendo así su volumen. Esta destilación destructiva obviamente imposibilita el reciclado o la reutilización.
En el proceso de la pirolisis tiene lugar la descomposición térmica de los componentes de la biomasa en ausencia de oxígeno. Según las condiciones de tiempo y temperatura de operación:
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la pirolisis tiene como productos principales carbón vegetal, cuando se lleva a cabo a tiempos largos, de hasta varios días y temperaturas no superiores a 450ºC;
- o bien los denominados líquidos o aceites pirolíticos, que se obtienen en procesos rápidos, a veces de segundos, a temperaturas superiores a 700ºC. Los aceites pirolíticos pueden utilizarse potencialmente como combustibles de motores y de calderas, para la producción de calor y electricidad.
En definitiva, la pirolisis permite reducir el volumen de los residuos y producir combustibles como subproductos.